¿Vale la pena comprar una impresora 3D?

Esta es una pregunta que en un futuro se harán muchas personas porque quizá sea una necesidad: ¿vale la pena comprar una impresora 3D? Muchos piensan que las impresoras 3D van a cambiar nuestra forma de vivir. Yo también lo creo. Por ejemplo, ya han creado un brazo artificial para una persona que lo necesitaba porque tenía artrogriposis múltiple congénita. Esto sucedió en Estados Unidos y el brazo era de plástico. Esto es simplemente un hecho que puede sudecer y ayudar gracias a una impresora 3D. Muchos se preguntarán cómo funciona una impresora 3D. No es tan difícil, simplemente mediante unos sensores se captan las dimensiones físicas del objeto y luego se lo empieza a imprimir en 3 dimensiones mediante un material particular.

Muchos se preguntarán si comprar una impresora 3D es una buena idea.

Una impresora 3D tiene varias ventajas y desventajas, como ya todos se deben imaginar, pero la pregunta es, ¿vale la pena comprar una impresora 3D? Hay que analizar muchos aspectos, como por ejemplo para qué se la va a usar, el costo de una, y los materiales que se necesitan para imprimir. Todo esto hay que meterlo en la misma bolsa y analizar si es conveniente o no. Por ejemplo, hay que estar constantemente reponiendo los materiales con los cuales se imprimen, que son: plástico, líquido o resina. Con estos, opera una impresora 3D. Los filamentos de plástico, en Estados Unidos, cuestan entre 30 y 50 dólares, y una impresora 3D cuesta desde 300 dólares (una bien básica) hasta los 4000 dólares (una profesional, como por ejemplo para un negocio). Son precios no tan baratos y que hay que tener en cuenta.

Y finalmente, queda el tercer aspecto por explicar, que es el uso que se le podría dar. Con una impresora 3D, se pueden imprimir juguetes para los niños, o piezas que se han roto de algún electrodoméstico, se pueden crear prótesis médicas, entre miles de artefactos que se podrían diseñar. Es muy simple, solo hay que tener el archivo de esa pieza en cuestión y esperar hasta que se termine de imprimir. Solo es cuestión de imaginar qué es lo que se podría hacer. En fin, cada uno sabrá si vale la pena comprar una impresora 3D o no, según su caso particular.